La Gallina y sus jaladas

martes, enero 06, 2009

EL CHURRUMAIZ

Recuerdo en una ocasión, que estábamos platicando “El Turillo, El muelas y yo” (por lo general éramos los que mas nos juntábamos) en el techito de la tienda de Don Desiderio (QEPD). Ahí estábamos los tres, tirando bromas, cuando de pronto se acerco un perrito, más desnutrido que la chingada. Nos pareció gracioso, y el muelas le empezó a tirar piedras. Turillo, le dijo que no lo hiciera, el perrito no se iba y seguía ahí.

Nos metimos a la tiendita para ver que comprábamos y aparte para ver que nos “volábamos”, entre los tres solo traíamos algunos 8 cinches viejos pesos, (8 centavos actuales). Completamos un frutsi y unos churrumaiz con el dinero, pero nos volamos otras dos bolsas de churrumaiz y una Pepsi.

Nos salimos de nuevo al techito y comenzamos a comernos las frituras y a bebernos los refrescos. El perrito estaba aún ahí, y no se le veían ganas de irse. Por más que lo asustábamos seguía con nosotros.

Turillo le empezó a dar fritos y el muelas le daba en la mano haciendo conchita y el perrito tomaba. Pobrecito tenía hambre.

Decidimos quedarnos con él, pero teníamos que ponerle un nombre. Cada quien lo tendría una semana en la casa y se encargaría de darle de comer. En la casa de Turillo no habría problema, porque siempre tenían perros, pero en la casa del muelas y mía sería una proeza que nos dejaran tener un animalito. Por lo menos en la mía ya me habían advertido que o comía yo o cualquier animal que llevara.

Total, estábamos buscándole un nombre a la mascota. Yo le quería poner pirata, pero me dijeron que no, porque se estaba muriendo de hambre y que hasta el perico se lo comería, jajajaja. El muelas pensó en ponerle un nombre de un perrito de una caricatura, que ahora no recuerdo y también dijimos que ni madres. Turillo entonces pensó en algo:
Cerraremos los ojos y lo primero que veamos eso será el nombre del perrito, al abrir los ojos diríamos el nombre al mismo tiempo y si dos eran iguales esa seria el nombre, si fueran diferentes los tres, volveríamos a hacer el mismo procedimiento.

Hicimos lo planeado y al abrir los ojos, los tres dijimos al mismo tiempo. ¡Churrumaiz!

Y así se llamo el perrito. ¡Churrumaiz!.

Vivió cerca de 10 años, hasta que un camión de la cervecería le piso una pata y poco a poco se fue muriendo. Nunca supimos donde quedo, pero desde aquel momento, donde quiera que fuéramos nos acompañaba. Nunca tuvo una casa donde quedarse, porque a veces estaba en la casa de Turillo o del “muelas” o la mía. Nuestros padres se acostumbraron a ver entrar y salir a aquel perrito que después ellos mismos lo bañaban o le compraban sus croquetas. Creció bastante y era un perro muy bravo. Cuidaba la Cuadra y la privada por donde vivía y vivo yo.

jueves, diciembre 04, 2008

Cuando perdimos la final

Cuando éramos pequeños, teníamos un equipo de futbol, ya recordaran que en un post anterior, les comentaba que éramos una palomilla que nos gustaba el futbol.

Bueno pues en una ocasión nos toco jugar la final, la verdad, éramos mejores que el equipo contrario, siempre estuvimos en primer lugar durante todo el torneo. Recuerdo que en ese torneo me quede con el trofeo de goleador con 24 dianas (jajaja me vi mamon), y nuestro equipo fue el que mas goles metió. Total, ese día la fina fue en la mañana y recuerdo que alrededor del campo de juego, había muchísima gente viendo el partido.

Comenzó el encuentro y rápido nos fuimos al ataque, el verdugo, así le decíamos a Beto Vega, no tenia nada que hacer en la defensa, por las escasas llegadas del equipo contrario, así que alegremente se fue al ataque, sacando un tirazo desde ¾ de cancha, que fue a dar en el palo izquierdo en relación a nuestro ataque. El balón reboto y que la prende “el aborto” (Eduardo Sifuentes) y que la mete: 1 a 0 antes del primer tiempo.

Inicio el tiempo complementario, todo iba bien, hasta que en un rebote de un balón dividido, gano un cuate que le apodaban el “genio” que mas bien parecía apache por los pelos que se cargaba. No se de que forma tomo el balón que saco un tirazo que se incrusto en las redes de nuestra portería. “El cebollas” no pudo hacer nada y nos empataron. La gente empezó a ponerse nerviosa, los que le iban al otro equipo empezaron a echarnos carrilla y los de nuestro bando estaban con nosotros.

Al empezar el 1er tiempo extra, nos anotaron un gol, (aun no existía la mafufada del gol de oro) y nosotros casi nos desanimamos. Nuestra raza nos seguía alentando, todos querían que siguiéramos atacando, pero la verdad ya estábamos muy cansados, aun y cuando éramos unos niños, ya sentíamos cansancio y parecía que los contrarios habían tomado algo que los había revitalizado. De pronto, un balón al extremo, la tomo “el aborto”, se quito a un contrario y lanzo un centro, al cual con todas mis fuerzas (o más bien las que me quedaban) salte y lo alcance a rematar, enviando el balón a las redes.

Se desato la algarabía alrededor de la cancha por parte de nuestros seguidores y los del bando contrario, empezaron a enojarse. Por fin silbo el arbitro “el neneco” hijo de la dueña de la liga y partidaria del equipo contrario.

Nos fuimos a los penaltys, empezamos tirando nosotros.

Primero fue “El aborto”
Segundo “La mona”
Tercer “El verdugo”
Cuarto “ La ratilla”
Quinto “La gallina” o sea yo

Todos acertamos y por parte del equipo contrario también todos anotaron.

Nos fuimos a la muerte súbita y le dimos otra vuelta, nadie fallaba, y empezamos de nuevo, el que falla pierde.

Le toco el turno a “La mona” y lo metió
Luego “La ratilla” y lo metió. “el aborto ya no quiso tirar, y se puso a llorar de los nervios y su papa lo tranquilizaba.

Me toco el turno de nuevo. Tome el balón, lo puse en el manchon penal. Los que han tirado penaltys, y que como yo jugaron de centro delantero, sabrán que en una jugada es fácil meter gol, que la portería es del tamaño normal, pero cuando nos toca tirar un penal, el portero se hace gigante y la portería chiquita, en fin…

Tome distancia y me encarrere hacia el balón, antes de patear vi al portero hacer un movimiento a la izquierda y fue cuando pensé tirarlo al centro. ¡Pinche portero!, nada mas hizo la finta, se quedo en el centro sin moverse, y el balón fue directo a él. Solo hizo el movimiento de manos y saco el balón por encima de la portería.

Les juro que me quería morir. Mi padre no estaba para consolarme y la raza, no me bajaba de ¡pendejo! Me gritaban todos. ¿Saben lo que le causan a un niño de 9 años esas palabras? Yo me sentía muy mal, fui y me senté a un lado de la cancha. Y solo miraba como festejaban los demás. Los otros niños miembros de mi equipo, estaban igual que yo, aunque ellos tenían a sus padres o sus madres, yo no tenia quien me cobijara en ese momento. La raza me seguía insultando. Me decían que porque no lo había tirado como el otro, que tenia toda la portería para mi, que el portero estaba muy gordo, que lo hubiera tirado hacia abajo, hacia un lado, hacia otro, en fin.

Nosotros, el equipo de niños de la cuadra, era el que mas trofeos había dejado en el depósito de Don Roberto Vega (QEPD), y el equipo juvenil, andaba en la mediocridad, el equipo de “grandes”, no daba una. Yo había dejado ahí tres trofeos de Goleador. Así que cuando nos llamaron para la premiación, fuimos todos cabizbajos a recoger el trofeo, que para muchos estaba mucho más fregon que el de campeón. Lo recibimos y nos bajamos del estrado. Luego llamaron al mejor portero, al mejor defensa. Pero cuando llamaron al mejor delantero, que dicen mi nombre. ¡Ay papá! Sentí con madre y recogí mi trofeo. Luego llamaron al Goleador del Torneo y que vuelven a decir mi nombre y que vuelvo a recoger otro trofeo mas chingón. Eso asto para que se me quitara lo agüitado y empecé a sonreír.

Cuando íbamos para la cuadra, se acerco Tito y me dice: He pinche gallina, los dos trofeos los vas a dejar con Don Beto. Lo mire, y luego mientras me alejaba, le dije:
A chinga chinga, pos no que pinche pendejo, que no valía madre, que la chingada. Los trofeos son míos, yo los gane. Y que me arranco corriendo para mi casa

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lunes, enero 16, 2006

Jamas me mezclo

ALE CAMPEON ALE ALE


Yo recuerdo en mis tiempos cuando era un morrillo, que cuando hacíamos los juegos de calle contra calle siempre andábamos con que nadie que no viviera en la “cuadra” no podría jugar con nosotros. Yo vivía en la calle Valle Redondo y teníamos un juego que era un “clásico” con la Calle Valle Alegre.

Estos morrillos, siempre tenían los mejores “tachones” los mejores uniformes los mejores balones y por lo consecuente, siempre tenían los mejores entrenadores. Nosotros no salíamos de nuestras camisas de tres temporadas seguidas y de nuestros cortos, siempre ya un tanto deslavados.

Los de Valle Alegre, no perdían oportunidad de reírse de nosotros siempre, al grado que más de una vez, estuvimos de agarrarnos a trompos con ellos. Nosotros por ser un poco menos ñoños, estábamos listos para las broncas, en cambio ellos, que sus padres eran los que tenían los mejores carros, obviamente no estaban acostumbrados a las peleas de barrio.

Los juegos cada vez se volvían más intensos. La mayoría tendríamos entre 12 y 14 años (la edad de la testosterona), así que a cada jugada le imprimíamos toda la fuerza y maña de nuestros años.

Sucedió una vez, que los de Valle Alegre no se completaban para un juego que sostendrían con otro equipo. Vino su entrenador y hablo con el nuestro y le pidió que le prestara a dos jugadores, a lo cual nuestro entrenador acepto, pero nunca nos dijo nada. Tomo a los dos jugadores elegidos por el entrenador de Valle Alegre, (hasta eso se dio el lujo el cabron) y los llevo a parte del grupo. Les pidió que fueran con el entrenador para que se pusieran las “garras del Valle Alegre”. Así como éramos de rebeldes también sabíamos obedecer a nuestro entrenador, así que no tuvieron mas que ir allá y no nos dijeron nada, porque el entrenador así se los pidió.

Nos dimos cuenta cuando empezó el juego, dos de los nuestros estaban allá, a nosotros nos faltaba todavía mas de 1 hora para empezar nuestro juego. Cuando termino el juego del Valle Alegre, ellos vinieron acá, y quisieron jugar. Nosotros (o sea el resto) nos opusimos, y les dimos mucha carrilla, no permitimos que volvieran a jugar con nosotros nunca más.

Paso el tiempo y los juegos entre ambas calles siguieron, unos pasamos a los equipos de los “mayores” otros decidieron ya no jugar.

Hoy que he vuelto al barrio, me doy cuenta que solo hay un equipo y que esta conformado por morrillos de ambas cuadras y ya no hay clásicos entre las dos cuadras. Les he preguntado a los que aun viven ahí, que porque paso eso. Me cuentan que algunos se casaron con las hermanas de la otra cuadra y viceversa, y que los hijos de estos, son los que ahora traen el equipo y que como la mayoría tienen parentela, pues decidieron hacer uno solo.

A la chingada, me dije a mi mismo, yo nunca permitiré que uno de mis hijos jueguen con estos, que no supieron respetar la rivalidad de tantos años.

Yo no me mezclo, porque luego me dirán el mezclado.


Soy de Valle Redondo “Ale Campeón” ale ale....

jueves, noviembre 10, 2005

Manteniendo el empleo y a mucha gente


De esas pocas veces que mi cerebro de gallina se pone a trabajar, ayer comentando con unos cuates, me preguntaron que cuando iba yo a dejar de fumar. Muy serenamente les conteste, que al fumar yo, al menos mas de 20 personas tenían empleo, por lo cual era importante que yo siguiera fumando, para que siguieran estas personas llevando dinerito a su casa.

Pero luego ya fuera de guasa, nos pusimos a ver la cantidad de personas trabajan en la elaboración de un cigarro. He aquí las que nombramos:

El Tabaco

1.- El que vende la semilla (aquí no sabemos quien primero, si el que la siembra o el que al vende)
2.- El que cosecha y vende
3.- El que la compra
4.- El Transportista
5.- El que la recibe
6.- El Distribuidor
7.- El que la lava
8.- El del secado
9.- El que la tritura
10.- El que la prepara
11.- El que la vende a las fábricas
12.- El comprador de las fábricas
13.- Los del departamento acomodo
14.- los empacadores
15.- Los Vendedores
16.- Los de la tiendita o supermercado
20.- Los que los venden sueltos en la calle en los estadios etc.
y los que me falten
21.- El diseñador
22.- El de la impresión
23.- El del fabricante del papel celofán
24.- El repartidor

Si cada cajetilla (Marlboro) vale entre 19 pesos, divididos entre 24 da un total para pagarle a cada uno 0.7916 cts. O sea que, cada persona que interviene en la elaboración de un producto no llega a recibir ni un PESO completo.

Entonces siendo así, yo mantengo: la alimentación, educación, vivienda, vestido y placeres de 24 personas con tan solo 19 pesos, QUE GRANDE SOY

Seguiremos informando… fumando

martes, noviembre 08, 2005

Los Cardona, ahi si que daba miedo

Cuando estábamos morrillos, había un terreno que le decíamos “Los Cardona”, nunca supe porque le decíamos así, pero ahí si que estaba cabron entrar. Era un área más o menos de unos 200 X 200 metros. Como no estaba construido nada, solo había unos árboles muy grandes, y por lo mismo en la noche se veía muy tenebroso.

Cuando queríamos asustar a alguien simplemente le hacíamos bolita y lo agarrabamos entre todos y lo llevábamos a dentro del terreno, por una barda que de el lado por donde entrábamos estaba muy baja y el lado que daba al interior del terreno estaba muy alta, por lo mismo era muy difícil salir rápido de ahí.

Cierta noche jugando a nada, decidimos darle un susto a un chavito que se creía el mero mero, nada mas porque el tenia a su papa trabajando en EUA y nosotros no. Además siempre nos presumía su pinche Atari mugroso, con sus novedades en juegos patosos (no es envidia) y que nosotros no tuviéramos mas que nuestra imaginación para jugar. Lo agarramos y lo llevamos al terreno, lo subimos a la barda lo dejamos caer y luego nosotros uno por uno fue entrando. Nos escondimos entre los árboles y le empezamos a aventar cosas (piedras, palos, botes de todo). El chavito aquel, no sabía ni por donde mientras unos se habían quedado afuera del terreno, le hacían creer que nadie de nosotros estaba adentro. El chavito empezó a asustarse tanto que comenzó a gritar que lo sacaran.

Así estuvo como mas de 30 minutos, y había una luna llena hermosa y se veía muy claro, cuando decidimos por fin sacarlo, dejamos de oír sus gritos por un buen rato, nos acercamos a donde estaba y lo encontramos pálido, con los ojos desorbitados y sin habla, dirigiendo la mirada a unos arbustos (mesquites) que estaban a unos 5 0 6 metros de donde el estaba y nos señalaba ahí.

Todos volteamos y nos dimos cuenta que ahí se veía una Señora con una Vestido Blanco pero no se le veía la cara, solo se veía oscuro en donde se supone que va el rostro. Hechos la mocha, corrimos a donde estaba la puerta de malla por donde da a una calle, algunos nos caímos con las piedras (aun no se pavimentaba el barrio), otros mas se toparon con las ramas de los árboles, unos mas solo gritaban y corrían a donde se les diera a entender. El chavito aquel, no corrió solo se quedo sentado donde estaba, asustado, sin decir nada. Al poco rato salio, y no nos dijo ni una palabra.

Hace poco vi a aquel chavito, y como ya somos mayores, le recordé de aquella noche, y me dijo que nunca lo ha podido olvidar. Le pedí que me contara que fue lo que el vio o lo que sucedió. Me dijo que en otra ocasión me lo diría porque traia prisa, pero que nunca lo ha contado a nadie, porque de solo acordarse, aun a esta edad le causa pánico.

El terreno fue comprado por una familia, (que igual, no se como se llaman), pero ya no esta desolado, y los árboles ya no existen así que ya no hay miedo por ahí.

martes, noviembre 01, 2005

Gallina Vieja

A mi desde muy chico (sin albur), me decian la gallina. Jamás supe porque y ni jamás pregunté, simplemente me fuí acostumbrando a que así me llamaran. Mi madre se molestaba porque mis amigos cuando me iban a buscar, me gritaban desde media calle: "Gallinaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa", eso era suficiente para que mi madrecita santa, saliera echando madres a mis cuates y estos huyeran despavoridos por donde Diosito lindo les daba a entender.

En algun tiempo tambien fui llamado "Panadero". Eso fué porque trabajé en una de ellas, una que se instaló en la "popular Colonia San Angel Sur" (que mello diran algunos) y ahí empecé como repartidor (si, asi es, yo llevaba el canasto en la cabezota). La técnica de llevar el pan a los clientes y sobre todo que n ose te caiga el canasto, consistía en nunca voltear a ver a ningun lado. Si de pronto alguien te hablaba y tu volteabas muy rapido podrian suceder tres cosas:

1.- Que se te cayera el canasto y que te vieran (la risa y burlas eran gratis)
2.- Que te torcieras el cuello (y por lo consiguiente un dolor intenso)
3.- Que se te arrancaran unos cuantos cabellos entre el carrizo de los canastos

Pero era padre andar con el canasto y ver que te esperaban en las tienditas del barrio para llevarles el pan.

Luego en la panaderia, "Maistro y dueño" Don Concho (por Concepcion) me decía "guero". No me pregunten porque, pues ni yo mismo supe.

Fueron bonitos tiempo aquellos, mas no mejores que los de ahora. Ahora me llaman "Sr. Domínguez" y pues la neta se oye bien, aunque me gustaria que llamaran simplemente Sr. Gallina .



Abur.....

domingo, octubre 30, 2005

De extranjeros y gallinadas

Me caga y me reemputa, tener que ir a los Yunaired Steits (USA), tener que explicarles a los pinches gringos a que vamos para allá. Ustedes creen que si uno se fuera a trabajar para allá, pasarías “legalmente”, en ese caso, me voy por el rió y ya.

El Viernes tuve que ir al país vecino, por necesidad más que de placer, y tuve que soportar las más de 40 preguntas que me hizo el bolillo en el paso de Roma, TX. y también me toco ver como, por cualquier cosa le decían a una señora de avanzada edad, que no podía pasar, que porque no levaba suficientes pruebas de su solvencia económica. La viejilla, le decía que su hijo, quien vive allá, iba a costearle su estancia en el país.

Ustedes creen que una persona de esa edad (unos 75 años) vaya a trabajar en el vecino país, o que se anime a ir sola en un trayecto de más de 11 horas solo por el hecho de ir a ver a su hijo. Deberían tener un poco de sentido de ubicación los gringos, quienes suponen son el pueblo con el mayor sentido común. En fin.




Pasando a otra cosa. Mis Gloriosos Rayados, ya están en la Liguilla y los malditos tigres (Figueres ulerosssssssssssss, Figueres uleroooooooosssssssssss, son la mierda del país y del mundo entero) se quedaron a esperar a que su San Bato, los lleve a la fiesta donde solo van LOS GRANDES, MUY GRANDES. Por ahora solo les queda a los TITERES esperar a ver si porque canales de televisión van a ver LA FIESTA desde su sillón polvoriento y agujereado. Abur




Con infinito amor (aja) la gallina.